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Un incendio arruina las vacaciones de miles de turistas en la ciudad croata de Dubrovnik

Un incendio arruina las vacaciones de miles de turistas en la ciudad croata de Dubrovnik

El fuego y el calor provocaron el estallido de minas antipersona de la guerra de los Balcanes

AGENCIAS / DULCE RAMOS - Zagreb / Madri - 07/08/2007

dLos incendios forestales en Dubrovnik estropearon las vacaciones de miles de turistas que buscaban el paraíso y en su lugar se toparon con las llamas. Un incendio de 20 kilómetros cercó el pasado sábado los alrededores de la llamada perla del Adriático y el calor fue tal que media docena de minas antipersona sembradas en la guerra de los Balcanes (1990-1995) estallaron. El fuego, que no dejó víctimas mortales, fue controlado la madrugada de ayer gracias a los esfuerzos de 250 bomberos y cientos de voluntarios -muchos de ellos turistas-, que mantuvieron las llamas lejos del casco histórico.

"Nunca había visto nada igual", dice Mike Lord, turista británico que salió de Dubrovnik apenas se reabrió el aeropuerto, cerrado el domingo por las llamas. En el horizonte, recuerda, toda la noche brillaron luces de color naranja. "Escuchamos media docena de explosiones. En la mañana nos explicaron que eran minas olvidadas durante la guerra". Afuera del hotel había "una sábana de humo y bruma", y en el camino al aeropuerto "vimos muchos árboles arrasados por el fuego".

Las fuertes ráfagas del norte, conocidas por los locales como bura, atizaron un incendio originado en la vecina Bosnia-Herzegovina que logró llegar hasta los alrededores de la ciudad y en algunos momentos amenazó con llegar al casco histórico, una joya del siglo XII considerada patrimonio cultural de la Unesco.

"Es un drama ecológico impresionante", afirma Ariana Chica, turista barcelonesa que pasó el fin de semana en la zona y pudo ver como el fuego bajaba por las montañas. "Ibas por las calles y todo era humo. El viento era tan fuerte que no se podía ni comer en una terraza por la lluvia de cenizas", relata, y recuerda el "picor intenso" que sintió en los ojos, producto del humo.

Miguel Capella, cónsul de Croacia en Baleares, navegó el domingo en el Adriático y desde allí divisó los incendios. "Se veía una parte de las llamas acercándose al puerto y a la ciudad. Ahora

sólo se ve el humo espeso", cuenta. "Afortunadamente, no hubo ningún daño personal ni material". Las decenas de hoteles y casas de descanso que en esta época se hallan repletas de turistas quedaron a salvo y sólo uno fue evacuado, pero eso no salvó a los turistas de vivir momentos de tensión y preocupación. En el hotel Iberostar Albatros, a unos 800 metros del casco histórico, el nerviosismo también se apoderó de los turistas. "Estaban asustados", afirma Peter Janetic, trabajador del hotel. "No fue necesario evacuar a nadie, pero pedimos a los huéspedes que permanecieran en el lobby o en las habitaciones para evitar tragedias", cuenta. En el Albatros, las nubes de denso humo gris quedaron a unos 200 metros y los principales daños se registraron en la vegetación que hay en los alrededores.

El principal obstáculo para combatir las llamas fue el viento. Las ráfagas, que superaron los 200 kilómetros por hora, impidieron que los aviones cisterna despegaran desde el inicio de los incendios. "Todos los montes alrededor de Dubrovnik estaban en llamas", afirma Capella. El fuego, que pudo ser controlado en la madrugada de ayer, dejó herido a un bombero y obligó a otras 20 personas a solicitar atención médica por los efectos del humo, según la televisión estatal. Para algunos turistas, como el británico Peter Sara, este verano no ha sido precisamente placentero, sino una cadena de desastres naturales: "Pasé de las inundaciones en Inglaterra al fuego en Dubrovnik. Ahora lo único que quiero es un poco de tranquilidad".

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