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Salvar el clima para evitar la guerra

Os pego aqui otro reportaje de Alicia Rivera de EL País cuya lectura he encontrado interesante sobre el IPCC y los Premios Nobel.

Dos elementos han puesto encima de la mesa, o del planeta, el problema del cambio climático: uno ha sido el calentamiento mismo, el aumento ya registrado de las temperaturas, la ligera subida del nivel del mar o la pérdida de hielos. El otro es la comunidad científica internacional que ha sido capaz de ver el problema del cambio climático inducido por las actividades de la especie humana, explicarlo, advertir acerca de los riesgos e incluso adelantar cómo va a evolucionar. El segundo elemento se aúna en el premiado IPCC.

"Desde su primer informe de evaluación, en 1990, el IPCC ha recogido el enorme progreso científico en nuestra comprensión de los procesos climáticos y su representación en los modelos del clima, una extensa exploración de los rangos de incertidumbre y una gran cantidad de nuevos y más completos datos", dijo ayer a EL PAÍS, desde el Reino Unido, Chris Hewitt, uno de los líderes científicos del Centro Hadley.

La temperatura media de la Tierra ha aumentado 0,74 grados centígrados en los últimos cien años; el nivel del mar ha subido 1.8 milímetros al año desde 1961 a 2003 y ha habido cambios regionales en las precipitaciones. Estos son algunos de los indicadores del cambio climático registrado, recordó Hewitt.

En los últimos 20 años se ha invertido mucho esfuerzo en conocer el sistema climático terrestre y vigilarlo. El resultado es la solidez que ha adquirido el conocimiento de los científicos, que ha barrido prácticamente las dudas y escepticismos que hace una década se manifestaban minimizando -o negando- que el calentamiento fuera un problema. Algunas de aquellas posturas eran honestas dudas científicas, otras respondían a los intereses de sectores que se consideraban perjudicados por las medidas energéticas que pudieran tomarse para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero también el paso del tiempo era necesario para comprobar el calentamiento, porque el clima, a diferencia de la meteorología, necesita años para manifestar sus cambios al margen de la variabilidad natural.

Las grandes dudas se han disipado y los científicos cuantifican cada vez mejor las incertidumbres de sus resultados debidas a procesos climáticos complejos. En cuanto a las incógnitas más notables, como los grados que subirá la temperatura este siglo, no dependen de la ciencia, sino de las decisiones de la sociedad acerca de si contener o no sus emisiones.

La ciencia del clima, y el IPCC, tiene mucho trabajo por delante. "Se seguirán mejorando los modelos climáticos para reducir más aún las incertidumbres, y se incrementará el detalle territorial de las simulaciones, al contar con ordenadores más potentes", comenta Manuel de Castro, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha. "También se avanzará en la cuantificación de las repercusiones socioeconómicas y medioambientales que se derivarían de las posibles estrategias para reducir el uso de combustibles fósiles que pueden adoptarse en el futuro".

Martin Taylor, vicepresidente de la Royal Society británica comentaba ayer acerca del Nobel: "Ya hay pruebas de que el cambio climático está teniendo un impacto sobre el acceso a la alimentación adecuada y al agua potable en algunas partes del mundo, aumentando potencialmente el riesgo de conflictos entre pueblos y naciones. Por ello es perfectamente adecuado que el Nobel de la Paz haya destacado los esfuerzos del IPCC y de Al Gore para comunicar esos problemas y así incentivar los esfuerzos para evitar los peores efectos del cambio climático".

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